jueves, 28 de abril de 2011

Ley de Igualdad efectiva entre hombres y mujeres y erradicación de la Violencia de Genero del Principado de Asturias 11 marzo de 2011.

A lo largo de los años que llevamos de democracia el papel de las mujeres ha cambiado, éstas son cada vez más numerosas en el mercado de trabajo y su nivel de educación y formación profesional aumenta, pero a pesar de todo, las desigualdades siguen produciéndose en muchos ámbitos, y siguen estando subrepresentadas en empleos bien remunerados y en los puestos de decisión. La maternidad frena las tasas de empleo femenino y las mujeres siempre dedican más horas a los trabajos domésticos, no remunerados que los hombres.

no a la violencia de genero

La situación de las mujeres en el mercado de trabajo es el reflejo de una desigualdad estructural que pervive en otros ámbitos de la sociedad, cuya manifestación más grave es la violencia contra las mujeres y que abarca múltiples manifestaciones, desde el acoso en el trabajo o la violencia doméstica. La aceptación social de cualquiera de estas no solo implica condicionar la libertad de las mujeres y sus derechos de ciudadanía sino que daña al propio Estado cuestionándose los derechos humanos y la igualdad de la mitad de la población.
Siendo la Violencia de Genero un problema de primera magnitud que conmueve y afecta al conjunto de la ciudadanía, es necesario que todas las fuerzas políticas, organizaciones sindicales, sociales, de mujeres, y sociedad en general  aunemos esfuerzos y pongamos todo nuestro empeño y voluntad para que, quienes la sufren, las victimas, recuperen su dignidad, su estabilidad emocional y sus derechos plenos de ciudadanía.


sábado, 16 de abril de 2011

la ley de las mujeres

En un breve  recorrido histórico sobre la situación de las mujeres en el mercado de trabajo desde una perspectiva de ley, antiguamente y no hasta hace muchos años la mujeres tenían que pedir permiso a sus maridos para trabajar, y una vez fuesen madres, este trabajo lo abandonaban, porque era el papel de las mujeres cuidar de los hijos y de la casa.

Igualdad y crisis

La crisis económica y financiera azota el empleo a nivel mundial y amenaza los derechos sociales. Las mujeres asturianas no somos ajenas a esta situación, a pesar de que los indicadores socio-laborales en 2010 indican que los efectos de la crisis sobre el empleo de las mujeres parece que no han sido tan devastadores como lo están siendo con los hombres. Aún así, se desconoce el alcance que pueda llegar a tener sobre los sectores más feminizados. Por ello la importancia de la negociación colectiva para seguir avanzando hacia la Igualdad
Por ello creemos que es fundamental situar en el debate sobre las salidas de la crisis, la necesidad de un cambio de modelo económico cuyo valor central sea el trabajo en igualdad. No se puede perder la oportunidad de destacar la igualdad como uno de los motores económicos y de plantear que un cambio de modelo económico para que sea sostenible ha de desterrar de sus cimientos la desigualdad entre mujeres y hombres. 

martes, 5 de abril de 2011

el papel de las mujeres en democracia

A lo largo de los años que llevamos de democracia el papel de las mujeres ha cambiado, estas son cada vez más numerosas en el mercado de trabajo y su nivel de educación y formación profesional aumenta, pero a pesar de todo las desigualdades siguen produciéndose en muchos ámbitos, y siguen estando subrepresentadas en empleos bien remunerados y en los puestos de decisión. La maternidad frena las tasas de empleo femenino y las mujeres siempre dedican más horas a los trabajos domésticos, no remunerados que los hombres.

lunes, 4 de abril de 2011

SEGUIMOS CONCILIANDO

La entrada en vigor de la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres (LOIEMH), en marzo de 2007, supuso un nuevo paso adelante en la mejora de derechos laborales y de seguridad social para las madres trabajadoras, así como la reforma de diferentes preceptos normativos que de forma indirecta “penalizaban” la maternidad; pero, además, inicia el camino que otorga derechos de paternidad a los hombres trabajadores, reconociendo su importante papel en las tareas de atención y cuidado y permitiendo incipientemente un  ejercicio más pleno de las obligaciones derivadas de la patria potestad.